Período estético de 1885 a 1901


William Morris,
 fundador del movimiento
  Arts & Crafts.

El Período de la estética en la joyería Victoriana se puede definir como una reacción contra los períodos de joyería anteriores. Los Victorianos se desilusionaron con la moda y el mobiliario, y buscaron la manera de salir de las ideas del pasado, moviéndose hacia una época de gusto artístico más refinado. William Morris, fundador del movimiento denominado como Arts and Crafts, estaba haciendo su mejor esfuerzo para mantener el espíritu de la Edad Media con vida a pesar de que la revolución industrial ya había comenzado.

Las mujeres estaban cada vez más involucradas en el mundo de los negocios. En Inglaterra, trabajaban en la política, fundándose la Liga de la primavera en 1885 y la Federación liberal de la Mujer en 1886, hasta que lograron el derecho al voto. Las mujeres jóvenes iban a la universidad y tenían un interés activo en las actividades deportivas y de ocio. Las mujeres de la moda querían conseguir la impresión de que eran un poco traviesas y frívolas mostrándose al mundo como mujeres modernas de fin de siglo.


Dibujo de la Chica Gibson 1890
Un buen ejemplo es la chica Gibson representada en los dibujos del año 1890, con unos peinados que decían representar a las mujeres de esta nueva corriente, mujeres independientes, amantes de la diversión y consientes de sí misma. 

Peine de carey
y diamantes
Los peines, a menudo tallado en concha de tortuga o carey y con piedras preciosas, eran los accesorios esenciales para los peinados “Modernos”. Nuevas actividades deportivas para las mujeres, como el ciclismo y el golf, obligaron  a drásticos ajustes en los armarios femeninos. Tenían que tener las manos libres, y se lograron largas cadenas para sus monederos hechos de intrincados tejidos de malla, las pulseras eran una necesidad para las mujeres viajeras.


A pesar de estas nuevas necesidades de joyería para la mujer moderna, en general  las mujeres llevaban mucho menos joyas o muy pocas durante el día pero si en las noches. Los diamantes eran de mal gusto si se usaban durante las horas diurnas. En 1890, la Asociación de Joyeros, por temor a que las mujeres dejaran de lado por completo a la joyería, hizo un llamamiento a la princesa de Gales por su ayuda. 

Ella compró un par de cosas y trató de dar un ejemplo, pero eran pocas las ocasiones, la ópera era la única ocasión en que se podía exhibir  joyas.

A lo largo del siglo XIX exposiciones internacionales desempeñaron un papel importante en la ante la opinión pública sobre las innovaciones en el arte y la industria. La celebración de los 400 años del descubrimiento de América, Chicago acogió la exposición colombiana en 1893. El punto culminante de todo esto fue la llegada de la electricidad. Los visitantes de los salones  fueron impresionados por lo fabuloso de los stands iluminados por algunos de los diseñadores de Estados Unidos como Tiffany y Gorham.  Anillos, pulseras, aros, relojes y joyería en general, fueron recibidos con gran entusiasmo. Las joyas eran más livianas y en una escala menor que en años anteriores. 


Los broches victorianos de peso fueron reemplazados por pequeños pasadores, para ser usados en la blusa de un vestido y los broches de diamantes a menudo fueron usados en el cabello durante las noches. Pequeñas aros de perno de diferentes volúmenes, eran obras deseables, igual que los últimos cortes de pelo.


Las nuevas generaciones de diseñadores de joyas, estaban horrorizados por la descarada copia de joyas históricas y creaciones de sus predecesores. Se trató de romper con la tradición de imitar joyería y se trató de crear algo completamente nuevo. Las curvas suaves y formas naturales con colores más delicados, eran el resultado de esta reacción hacia las imitaciones del pasado. Las piedras preciosas fueron cortadas en cabujón dándole  preferencia a las amatistas, esmeraldas y ópalos. Charles Robert Ashbee, líder del  movimiento Arts and Crafts, fue uno de los innovadores diseñadores, que decía que la joyería debía ser diseñada por su belleza intrínseca y no por su valor intrínseco.  Ashbee utiliza mucho el topacio rosa y la amatista en plata opaca o gris y también el  oro pero con menos importancia. Gustó…, y otros joyeros siguieron el ejemplo.

Rene Lalique

El Art Nouveau de estilo se estaba desarrollando en Francia durante este período. Rene Lalique, fue pionero en el uso de las cabezas femeninas con el pelo largo agitado por el viento, piedras de colores suaves, motivos florales simples y delicados esmaltes. Fue la presencia misma de la fantasía y la originalidad en todos sus trabajos  y creó un estilo verdaderamente nuevo y novedoso. En Inglaterra, su trabajo se percibe como ejemplo de la culminación de la nueva estética, que los joyeros de ese tiempo y por qué no decirlo, también los actuales, se esfuerzan por alcanzar. Esto hizo que el estilo de joyas de Lalique fuera un éxito instantáneo con las nuevas tendencias de la época.

Un tipo más convencional de joyería, todavía era popular para muchas mujeres de la época, pero igual hubo una transformación en el estilo, las piedras preciosas ofrecidas eran suaves, y los joyeros se fueron especializando en ofrecer una buena selección de piedras preciosas a sus clientes. 

Los diamantes eran todavía la gema preferida para ocasiones especiales y el riviere de diamante, (diamantes en corrida), diademas y pulseras en oro,  coronas de plata fueron los artículos más populares. Esta joyería era más delicada que en épocas anteriores y se lucen de una manera más aireada reduciendo considerablemente el uso de mucho metal. A finales de la década de 1880, los avances en la fabricación de joyas hechas en platino, un metal viable para la joyería, se convirtió rápidamente en gran favorito para el montaje de diamantes. Durante la Guerra de los Boers, cerca del final del siglo, los diamantes de Sudáfrica escasearon  y otras gemas menores recuperaron lugares de su antigua popularidad.

Riviere de Diamantes, anillo y pulsera
Un diseño llamado pasador de encaje (un alfiler de seguridad posterior para sujetar en la ropa), junto con broches de barras y delicados collares colgantes, eran particularmente populares decorados por tréboles, estrellas, nudos y, lo de mayor importancia, corazones. Algunas de estas joyas eran tan pequeñas que parecen invisibles, pero eran nuevas y las damas quedaron encantadas. La pasión por la joyería novedosa seguía alimentando la industria de la joyería, pero, para mantenerla fresca, se introdujeron nuevos diseños. El broche de “luna de miel” era uno de los favoritos, diseñado con una abeja posando sobre una luna creciente. Otras novedades incluyen pollos de diamantes y de piedras preciosas, lagartos, ranas y búhos.





Escrito por: Alejandro Glade  R.






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